Cambios químicos y pérdidas durante la desecación


Inevitablemente, durante el proceso de desecación tienen lugar cambios químicos que originan pérdidas de valiosos nutrientes. La magnitud de dichas pérdidas depende, fundamentalmente, de la rapidez de la desecación. La pérdida de agua en el campo de la hierba segada depende de la resistencia biológica natural de las hojas y cordones a la pérdida de agua, de las condiciones climáticas del momento y del microclima de los cordones, así como del tratamiento mecánico del forraje durante la recolección y acondicionamiento. Las pérdidas de nutrientes durante la henificación, se deben a la acción de las enzimas vegetales y microbianas, la oxidación química, el lavado por la lluvia y las pérdidas físicas

Acción de las enzimas vegetales
Es uno de los cambios que tiene lugar derivado de la continuación de la vida de los tejidos de la planta. La respiración prosigue, hasta cuando la vida cesa, cosa que viene a ocurrir aproximadamente cuando el forraje alcanza un contenido de agua inferior al 38 por 100. Durante el tiempo caluroso, seco y ventoso, la hierba húmeda, debidamente manipulada y volteada mecánicamente, se deseca con gran rapidez, de modo que las pérdidas ocasionadas por la actividad de las enzimas vegetales, son mínimas.

Los cambios principales afectan a los carbohidratos solubles y los compuestos nitrogenados. En las fases iniciales del proceso de desecación, tienen lugar cambios en los carbohidratos hidrosolubles, como la formación de fructosa por hidrólisis de fructanas. Durante los períodos prolongados de desecación, se producen grandes pérdidas de hexosas como resultado de la respiración, lo cual determina un aumento en la concentración de otros componentes de las plantas, especialmente los componentes de la pared celular, que se refleja en el contenido en fibra.


Para acelerar los procesos de desecación en el campo, se emplean una serie de aparatos y métodos “acondicionadores” de rodillos lisos o estriados que destruyen la estructura celular de las plantas, lo que permite al aire penetrar en la masa con más rapidez. Un método más tradicional, que todavía se realiza en ciertas partes del mundo, en especial Suiza, Italia, Alemania Occidental y Escandinavia, consisten en hacer heno en trípodes o caballetes.
Actividad de los microorganismos

Si la desecación se prolonga debido al mal tiempo, pueden producirse cambios como consecuencia de la actividad de bacterias y hongos. La fermentación bacteriana tiene lugar en la hierba segada que se deja en el campo durante unos días, dando lugar a la formación de pequeñas cantidades de los ácidos acético y propiónico. el heno enmohecido es poco apetecible y puede resultar perjudicial para los animales y el hombre, debido a la existencia de micotoxinas. Además, dichos henos pueden contener actinomicetos que son responsables de la enfermedad alérgica “fiebre del heno”, que afecta al hombre


Oxidación

Si la hierba de deseca en el campo, tiene lugar cierta oxidación. El efecto puede apreciarse en el color, ya que se destruyen la mayoría de los pigmentos. Un importante compuesto afectado es la provitamina caroteno, precursor de la vitamina A. El caroteno se oxida con gran facilidad y este proceso es acelerado por la temperatura y la acción fotoquímica del sol. Por ello, cuando la temperatura es alta y el sol intenso, se produce un heno de color pajizo, señal inequívoca de la pérdida importante de la provitamina. En tal situación, extender el forraje en la parcela causaría, aparte de una fuerte pérdida de hojas por desecación rápida de éstas, una desaparición prácticamente total del caroteno. De ahí que en climas de centro y sur de España conviene, al menos en verano, henificar con el forraje ahilerado para conservar al máximo el caroteno.